EL FANTASMA

Francisco Gabilondo Soler
(Bulerías, 1955)

 

Hay un castillo en España

al cual solo ruinas le quedan en pie,

y se cuenta que ronda por él

un fantasma más grande que un buey.

Ante tan negra leyenda,

cualquiera que tenga sentío común

a deshoras escapa veloz,

o el gigante lo pesca y ¡adiós!

No hay turistas nocturnos allí,

más a medianoche de un viernes yo fui…

Apareció en un rincón

(taca tacatín)

dándole al tacón.

Chiquilicuatro y pelón,

era bailarín

de lo más chambón.

¡Pero sin volumen

para horrorizar,

resultó fantasma

de publicidad!

Viendo mi ceño fruncido,

aquel mequetrefe me hizo notar

cinco siglos de tal soledá,

que aburrido le dio por bailar.

Jura que en tiempo de moros

él era un gigante terrible de ver,

más la dieta lo hizo encoger:

en las ruinas no hay qué comer.

Solicita con gran humildad

otras viejas ruinas de más calidá.

Hay que esperar la ocasión

(taca tacatín):

síguele al tacón,

aunque como bailarín

(taca tacatá)

no será mejor.

¡Pero en chimotretas

de imaginación,

eso de fantasma

aquí terminó!