CASAMIENTO DE LOS PALOMOS

Francisco Gabilondo Soler

(Barcarola-Polca, 1935)

 

Van los novios en camino

a la iglesia del lugar:

son dos blancas palomitas

que se van a casar.

La paloma es preciosa

y el palomo muy gentil,

con pico color de rosa

para besarla feliz.

“Levantate vestrum gentes maleficorum

cuibus maleficis non trompeatis

trompeteatis

trapecium andarates

andatorum

matrimoniatis

per secula seculorum”

Los palomos se casaron…

¡ay, qué gusto que nos da!,

currucú tucú, currucú tucú.

Los palomos se casaron

y los van a retratar.

Currucú tucú, ahora vamos a almorzar.

¡Qué bonitos esponsales

con banquete de postín!

¡Qué elegantes animales

todos los que están aquí!

Los palomos se casaron

y se van de la ciudad

Currucú tucú, los iremos a dejar.

Además el padrecito

es un pingüino barrigón,

que al hacer glu, glu,

da la bendición.

Hay también un monaguillo,

picarillo y retozón,

ese es un cucú que ha salido del reloj.

Dos pollitos a la novia

han venido a acompañar,

y la cola en sus piquitos

van llevando al caminar.

Los palomos se casaron

y se van de la ciudad.

Currucú tucú, los iremos a dejar.